encarecidamente. --Impresionado, ¿eh? El diablo agitó el brazo y la orquesta rompió a tocar. Olinden explicó: --Una persona venía a la mesa. No tengo ganas de verla. --Vamos por partes, como decía Basile. ¿Porque mencionoaBasileseasombra?Nuncamefaltaron amigos en este mundo. «¿Quién era Basile?», se preguntó Olinden. Por contestar algo, dijo: --No puede hacer nada. No es