Salies, como dijo el doctor Reclus, era la reina de las aguas saladas. «Pero usted faltó a los baños», observó Herrera. «Por fuerza mayor», previno Poyaré y admitió que la cura, en esos primeros días, le había provocadoefectoscuriosos.Aclaró:«Aceptemisseguridades de que no bebí lo que se llama un trago del agua termal». Después del almuerzo, el yerno se retiró a la habitación, para cumplir fielmente