cambio, gozan confraternizando con los golfos más desharrapados, en los que suelen admirar su espíritu de iniciativa y su temperamento aventurero. La mística de la masculinidad venía exaltada ya en los tebeos de aventuras dedicados a los niños. Como las directrices de la prensainfantilyjuveniltambiénseateníanalprincipiodesegregaci educativa adoptado por el Gobierno, ninguna niña compraba Flechas y Pelayos ni los cuadernillos de El guerrero del antifaz. Ellas leían publicaciones como la revista Chicas, que luego