Texto contextualizado: |
seis meses a seis horas diarias, o sea que, descontando los domingos y fiestas de guardar, era una media de quinientas horas las que tenía que emplear la soltera o viuda sin hijos menor de treinta y cinco años para doctorars como «mujer muy mujer», antes de aspirar a otro tipo de doctorados o expansiones propias de los hombres. Venía a ser así como una especie de vacuna obligatoria contra el tifus, aunque en lo relativo a su dosificación existiera bastante manga ancha. |
USO:064.15 |