Texto contextualizado: |
, la que no quería --y éramos muchas-- cumplir aquellos seis meses a destajo, en plan de sufrido recluta, y prefería darle largas al asunto, podía solicitar treguas y permisos, algunos de los cuales, sin embargo, como el de la salida al extranjero, aparejaban una declaración jurada y el consiguiente recargo de días que se iban acumulando al total. Con lo cual muchas veces el remedio venía a ser peor que la enfermedad y no acababa una de quitarse de encima aquella pesadilla |
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