malsano de paganismo renacido, que tendía a engendrar e introducir una amplia paridad de las actividades de la mujer con las del hombre. Esos vientos de paganismo renacido venían, como casi todo lo malo, del extranjero. Y la mujer que los bebiese o soñase con beberlosnomerecíaelnombredeespañola.Nimásnimenos. Lo cual no quiere decir que algunas no soñasen con beberlos. La mujer de España, por española, es ya católica --leemos en un texto de la época--... Y hoy, cuando el mundo se estremece