verdad es que no volvió a acordarse de Santiago Nasar hasta que lo vio en el puerto, y entonces se felicitó por haber tomado la decisión justa. Los hermanos Vicario les habían contado sus propósitos a más de doce personas que fueron a comprar leche,yéstasloshabíandivulgadoportodas partes antes de las seis. A Clotilde Armenta le parecía imposible que no se supiera en la casa de enfrente. Pensaba que Santiago Nasar no estaba allí, pues no había