de extrarradio había también fábricas, mataderos, solares donde crecía la yerba y pastaban ovejas, casas semiderruidas, huertas, tiovivos, merenderos y piscinas, y eran tentadores para la excursión en metro o en tranvía. Lo más alarmante para las autoridades es que formaban un ancho anillo que rodeabacasisinsolucióndecontinuidadalagranurbe,yqueno estaban aislados de ella por ninguna muralla inexpugnable. De los suburbios de Madrid, donde vivían alrededor de medio millón de personas, surgían muchas jóvenes «caídas», a quien nadie podía