física, éxito, voluntad. Y ha de saber hablar. Nunca se dará totalmente por vencido. Nunca será un amilanado. Tendrá seguridad en sí mismo. Sin embargo, a algunas muchachas los tímidos incorregibles les daban una pena especial, avivaban sus instintos maternales y, cuandolograbanrescatarlosdesuencogimiento-abasesiempre de la táctica del «tira y afloja»- y arrancarles una mirada menos huidiza, este éxito podía llegar a provocar en ellas una gratificación personal tan intensa que fácilmente se prestaba a ser