Texto contextualizado: |
en discípulas de esta «sabiduría maternal» hecha de Sidol, plumero, naftalina y zapateados sobre el parquet con los pies envueltos en bayetas amarillas. Más adelante, iban aprendiendo también ciertas triquiñuelas y salvedades de aquel código del orden doméstico, que para alcanzar un determinado nivel de perfección requería ser un tanto invisible y secreto. La mujer había de representar a la vez los papeles de Marta y de María, y la primera tenía que estar preparada a esfumarse, es decir, a quitarse la bata y los rizadores en cuanto sonasen los pasos del |
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