Texto contextualizado: |
jóvenes de la España nueva, conforme a nuestras peculiari raciales. Se trataba de una alegría tensa, sublime y como atormentada, algo muy «sui generis». Con música de himno quedaba bonito, pero ¿quién podía identificarse con aquello a la hora de la merienda? Repasando las publicaciones de la época, cuajadas de adjetivos como impasible, viril, señero, altivo, entusiasta, pujante, augusto e imperial, salta a la vista su ineficacia como catecismo de aplicación concreta para un pueblo con las heridas en carne viva, |
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