en la pasividad, convenía que se identificara desde la primera edad con aquellos héroes de papel, infatigablemente luchadores e indefectiblemente victoriosos. Lo cual no quiere decir que la identificación fuera fácil. El paso de la infancia a la madurez en una época donde en lamayoríadeloshogaresreinabanelencogimiento,ellutoylos problemas económicos, no podía por menos de estar marcado para cualquier adolescente de temperamento sensible por desalientos y miedos. Pero se veía obligado a reprimirlos, lo cual falseaba aún