espíritu, parandose en caótica confusión. A la falta de espíritu remitía, en última instancia, toda condena. Ya había pasado la hora de las alternativas y de las disidencias, de no conformarse cada cual sin rechistar con lo que le toque,conloquelemandeDios.Lavidafácilhabíaresultadoser una indecencia. Y ante la sospecha de que volviera a retoñar, al Gobierno se le hacían los dedos huéspedes. Una de las cosas que fundamentalmente nos deben preocupar
USO:025.27
MANDARII.1 - Enviar. Hacer que [algo o alguien] vaya a cierto sitio