, psicológica. Angeles Villarta reconocía que el género «rosa» daba mucho dinero a sus cultivadores, pero decía también: Las niñas se ruborizan e indignan si se las califica de «chiquillas de novela rosa», y no conozco a ningún escritor de primera niúltimafilaqueadmitaporlasbuenasquepuedaserproductor de engendros de semejante tipo... En España -reflexionaba luego con bastante acierto-- no existe apenas una novela intermedia, ligera e interesante. De la copia rosa pasamos