el extremo contrario del que ocupaban las muchachas, aparentemente ocupadas en la selección de los discos o charlando entre ellas, provisionalmente discriminadas. Así es que, tras el primer saludo, los jóvenes machos trababan conversaciones entre sí, conversaciones peligrosas, porquesupersistenciapodíaestorbarelturnodeacudir a la caza de la elegida, que de momento estaba allí disponible con las amigas, esperando... Los guateques en cuestión no pretendían ser, como hubiera supuesto un extraño, ocasiones de