se contaminara de costumbres impropias de una señorita. En los Institutos de Segunda Enseñanza, generalmente ubicados en lugares provisionales y no muy confortables, la matrícula era notablemente más barata que en los colegios de monjas, y por eso había «mucha mezcla», comosolíadecirse.Acudíanchicasdeextracciónruralohijas de proletarios de dudosa ideología, cuyos modales y lenguaje eran más descarados, y a muchas de ellas las esperaban a la salida de clase chicos de su barrio con los que se iban tranquilamente