el hombre es «torrencialmente egoísta» y cuyo texto se reprodujo en múltiples ocasiones, el Gran Ausente había dicho también: Nosotros sabemos hasta donde cala la misión entrañable de la mujer y nos guardaremos muy bien de tratarla como tonta destinataria de piropos. LaFalangenosteníaqueacostumbraraseraltivasydignas, a guardar las distancias, a encastillarnos. Y dentro de esa mística, el halago verbal a bocajarro tenía mala prensa, tal vez también por descubrir en él ciertas reminiscencias plebeyas.