las solteras? Evidentemente no. De las mujeres de la familia, del servicio doméstico, amigas o vecinas a quienes se les había pasado o se les estaba pasando «la edad de casarse», los adultos hablaban con una mezcla de piedad y desdén.Inclusoselascondenabadeantemano,comosialgunas hubieran nacido ya marcadas por aquel estigma. «Esa se queda para vestir santos. Y si no, al tiempo. Lo lleva escrito en la cara.» Generalmente, más que a una descarada fealdad, se aludía