Texto contextualizado: |
amigas, apuró sin embargo hasta las heces el cáliz de aquel noviazgo y logró finalmente, a base de pertinacia y disimulo acerca de sus verdaderos planes, vestirse de tules blancos y recorrer solemnemente el camino hasta el altar a los sones de la marcha nupcial de Mendelsso Una vez concluida la ceremonia y conseguido ante testigos el «sí» que pronunciaron los labios de su prometido, cuando le tocó a ella el turno de contestar si lo quería por esposo, se hizo un silencio expectante. «¡No, señor!», se la oyó pronunciar |
USO:044.27 |