Texto contextualizado: |
era entonces el veraneo costumbre tan extendida como en la actualidad, pero tal vez por eso mismo se intuían los desmanes de libertad que podrían llegar a colarse por aquella brecha peligrosa. Junto al mar, sobre todo, símbolo sempiterno de perturbació misterio y sensualidad, el cuerpo se ensanchaba y clamaba por sus fueros. Aquellos bañadores «lástex» con faldita incorporada, que tendían a sustituir los rigores de la faja, no eran, con todo, lo bastante tranquilizadores para censores tan estrictos |
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