salía la función, ambos disfraces nos pesaban por postizos e irreconciliables. Nos enseñaban, en resumidas cuentas, a representar. No a ser. La verdad es que el cumplimiento del Servicio Social constituía un trago que únicamente el buen humor y los pocos años podíanhacermásllevadero.Durabaseismesesaseishorasdiarias, o sea que, descontando los domingos y fiestas de guardar, era una media de quinientas horas las que tenía que emplear la soltera o viuda sin hijos menor de treinta y cinco años para doctorars