parecía ser, según mi sugerencia, la de intentar convertir la españolez en una nota intensional semántica y, por ende, en principio, ontológicamente homologable, como la morenez o la rubiez, y no ya como un mero, accidental, determinante toponímico. Dicho en otras palabras: fundarlaespañolezcomounaesencia. Al punto salta a la vista, sin embargo, la diferencia que traerá consigo la mayor dificultad: mientras la voluntad de la rubiez puede ser de algún modo complacida, o al menos aliviada, y aplacado el tormento enrabietado