hacia los libros. Pero luego sucedió el milagro, se dio una de esas situaciones que suelen asaltarnos en los sueños o que encontramos en las obras de ficción; una situación que es todo un don para los sentidos de las personas que logran vivirla. Creo queteolvidémomentáneamente;peroluego,yasentado a la mesa, mientras continuaba mi traducción de La Fabula di Orpheo, de Angelo Poliziano, en una vieja edición florentina del 500, y cuando precisamente