encauzar sus pasadas ansias de adolescente y justificaba plenamente su existencia. Más tarde -tras la muerte del tirano- desaparecieron las razones objetivas para que Jano no volviera a su patria, pero ya había encontrado a Francesca y se sentía muy feliz. Despuésdetantaangustiosaespera,jamásolvidaría la frialdad con que recibió la noticia de aquella muerte. ¿No era acaso la presencia de Francesca la que explicaba su inmutabilidad frente a los hechos? Se encontraban en Brianza, en