para esclarecer todas las dudas que él tenía sobre su extraño comportamiento. Así que Jano callaba --aparentando respetar la lectura de la muchacha--, pero feliz de verla a su lado, de sentirse acompañado por su presencia desacostumbradamente mansa. La actitud de ambos se prestaba aolvidarelpasadoyaemprenderunanuevarelación. Por eso, feliz por tan silenciosa tensión, Jano no se contuvo más y le dijo: --Tengo que ir pensando en marcharme. Tu madre