En ese instante se cruzaron y sólo quedó por delante la carretera abrasándo al sol y el color amarillento de las plantaciones de cereales extendidas en torno. Levantó bruscamente el pie del acelerador. Fue un gesto impremeditado, un reflejo de protección tardío. Desde entonces la imagen de aquellos momentosreincidióperiódicamenteensus pensamientos y en su vida pero en esos momentos, a medida que el automóvil deceleraba, sólo se le ocurrió pensar qué habría sucedido, cómo habría sido el mundo después