ni mudó su gesto ni pareció mover a su entendimiento. Arqueó el muslo izquierdo hasta sentir el amparo del sofá y lo apartó acto seguido. Permanecía en pie con los brazos colgantes y expresión indecisa. Daba la impresión de estar intentando extraer penosamente de adentro desucabezaalgoqueexigíaunadifícilconcentración. Finalmente, avanzó unos pasos y posó ambas manos en el rebaje del muro en que se asentaba el marco del ventanal. ...el pañuelo en la mano temblona...