Texto contextualizado: |
temía el desamparo, una altura sin asideros en una habitación donde todos los volúmenes se desvanecían bajo la implacable fijeza cenicienta del techo, hasta desaparecer reflejados en él como en un espejo ciego; todos los volúmenes, sí, excepto aquel maldito cuerpo indestructible y único que de pronto le pareció ver quieto y yacente en el suelo de la sala desnuda de un museo, solitario entre superficies vacías, y él en pie, mirandolo y ansiando el deseo contrario de caer y |
MIR:026.31 |