con un vaso de whisky en una mano y el paquete de cigarrillos y el mechero en la otra. El sonido de la chicharra le indicó que se hallaba ante la puerta, quizá haciendo un último retoque del cabello. El se dirigió al sillón, tomó asiento con parsimonia,depositóelvasosobrelamesabaja de centro, junto al cenicero, extrajo un cigarrillo del paquete semivacío, lo encendió y, echandose hacia atrás y descansando sus brazos en los del