las manos, haciendole ver algo, algo más allá de la razón y el momento, algo vertiginoso como un peligro abismal...? «Así que, si no entiendo mal, usted... Digamos que... la estranguló involuntariamente», dijo la voz. Detuvoelpaso.Movióaprisalosojos,aúnacelerado y lleno de sudor. Estaba ante un cruce de la Avenida no lejos de su casa, en un espacio muerto que le escondía entre los haces de luz plomiza