preguntaba siempre quiénes vivirían allí asentados en aquel lugar y viendo pasar continuamente a la gente en una u otra dirección, ellos fijos, y el resto de la humanidad, móvil. Entonces les envidiaba intensamente y soñaba con instalarse él también en una casa de la queapenassemoveríaydesdelacualverpasar, a partir de la media tarde, ya de vuelta del trabajo, a tantos desconocidos transportandose a cualquier parte, siempre de viaje. Ahora tenía