consecuencia prescinde. El intruso se siente ignorado, casi transparente: las miradas parecen atravesarle y apuntar a algún objeto situado detrás. Esta inexistencia, más allá del mero intercambio de servicios, ofrece con todo algunas ventajas. El ninguneado se convierte a suvezencámaracinematográficaqueregistrafríamente, con curiosidad neutra, el extraordinario crisol que le ciñe: ajetreo feroz de las horas punta; mozos de cuerda encorvados bajo sus cargas; claxonazos lastimeros de vehículos inmovilizados en la