pelo rizado y negro, del que no consiguió ver la cara pero que, de eso estaba seguro y podía jurarlo, no era en ningún caso de los nuestros. Había diseñado unos misteriosos mensajes y, al concluir, renovó la operación unos pasos más lejos.Asílorefirióasuscolegaseldíasiguiente mientras tomaban una copa de calvados, y la autoría de unos colegiales con los cascos calientes por culpa de seriales televisados o lectura de tebeos fue definitivamente descartada