vuelves alfombra, tu sometimiento aviva todavía su fastidio e irritación. Su figura se muestra cada vez más hosca e inopinadamente, cuando ya desesperas, adelanta su piececito izquierdo y lo planta en tu cabeza. Sus órdenes, proferidas en voz aguda, te llevarán directamente a la gloria. Quitatelaropahastaquedarencueros,tedice. Anda, rápido. Gracias, mi amor, le dices. ¿Estás ya empalmado?, te dice. Sí, mi
PAI:136.22
QUITARI.1a - Dejar de vestir [lo que se lleva puesto]