Texto contextualizado: |
capital a ojos de su compadre: el silencio. Durante sus apariciones en el café, permanecía obstinadamente callado después del breve y obligado intercambio de saludos de rigor: a lo sumo, contestaba a las espaciadas y en verdad poco interesantes preguntas con un monosílabo, emitía un suspiro, movía ligeramente la cabeza. Era un experto en el arte de callar y había extendido su admirable destreza al campo musical. Desde el día en que se había visto obligado a cruzar la frontera |
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