Texto contextualizado: |
aprender el oficio. Consuelo González, una bella muchacha madrileña del distrito de La Latina, manifestaba en 1947 que aprendió sola la profesión, porque de niña tenía el pelo largo y le gustaba hacerse peinados, pero que no había pensado ganarse la vida con eso hasta que murió su padre y se le ocurrió poner un anuncio. Iba a peinar por las casas, sobre todo a personas mayores, y les cobraba de ocho a diez duros al mes. También hacía tintes, que eso es un trabajo de paciencia -según puntualizaba-, |
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