gastar saliva en protestas ni críticas baldías, reservarse, tragar. Las consignas que durante la guerra habían instado al ciudadano de la retaguardia a apretarse el cinturón se materializaron ahora en dos palabras clave: «restricción» y «racionamiento». Ningúnniñodeaqueltiempopodráolvidarelcarizdemilagro que adquiría una merienda de pan y chocolate ni el gesto meticuloso y grave de sus padres cuando cortaban los cupones de la cartilla del racionamiento, como tampoco los frecuentes apagones