inconveniente. Va a perdonar, eso sí, que apriete un poco el acelerador. El tiempo es justo y la villá queda en las afueras, en la ruta de Burdeos.» Era una casa gris, de revoque desvaído, angosta y alta,contechodepizarra,rodeadadeárboles.Herrera bajó del coche y estuvo unos instantes contemplandola. Volvieron al centro de la ciudad, entraron corriendo en la estación y alcanzó el tren cuando arrancaba. La belleza