, a la espera del criollo que le traiga, por así decirlo, un pedazo de patria, un poco de aire vivificador y, cuando llega alguno, viene con asuntos desagradables, para que un servidor saque la cara. ¡Es matarse! Temblandoderabia,repliqué: --Le agradezco la franqueza, que trataré de retribuir. Ese mismo hombre que usted no quiere socorrer dispone de lo que podría ser para usted la verdadera salvación. --Mire --