a permitir que la superstición prevalezca sobre la cordura. Es claro que la cordura no es fácil cuando hubo una desgracia y uno está solo y mal informado». De pronto le vinieron a la memoria ciertas palabras que dijo Dillon, cuando iban al Parque Japonés. Tal vez debióreplicarlequeelsuicidaesunindividuomás impaciente que filosófico: a todos nos llega demasiado pronto la muerte. Recapacitó: «Sin embargo, fui atinado en no insistir, en no dar pie para que Dillon