a saber, una lengua, o incluso del lenguaje en general (recuerdese el cap. 1). Este modelo descarta las circunstancias concretas, en particular fisiológicas y sociales, de los actos lingüísticos particulares. No hay nada que objetar a semejante estudio a condición de que no se olvidequetratadeunconstructoyacondición de que de vez en cuando se establezca algún contacto con los hechos. Desgraciadamente, ninguna de estas precauciones se observa en todos los casos.