, en la lingüística pura es posible descartar las excepciones. En efecto, es posible declararlas no gramaticales; los transformacionalistas pueden decir que no están de acuerdo con la «intuición lingüística» del «hablanteoyente ideal». Por ejemplo, la oración perfectamente lógica yo peiné yoescondenadacomonogramaticalyobligada --en virtud de ciertas reglas-- a transformarse en yo me peiné. Está claro entonces que los datos fácticos tienen poder para confirmar o refutar, mientras