además las camisas, pero no lograron descansar. Pedro Vicario pidió también sus purgaciones y diuréticos, y un rollo de gasa estéril para cambiarse la venda, y pudo orinar dos veces durante la mañana. Sin embargo, la vida se le fue haciendo tandifícilamedidaqueavanzabaeldía,que el olor pasó a segundo lugar. A las dos de la tarde, cuando hubiera podido fundirlos la modorra del calor, Pedro Vicario estaba tan cansado que no podía