de aquel país en el nuestro, deseoso de limar asperezas, reconocía así la mala imagen que uno seguía teniendo del otro: Existen en España --decía-- ignorancia y prejuicios acerca de la vida y el pensamiento de los Estados Unidos. La mayoría delosespañolesseinclinanajuzgaralosamericanosatravésde las películas inmorales de Hollywood o las jactanciosas emisiones de la propaganda radiada de Nueva York, y llegan a la conclusión de que somos toscos, materialistas o bárbaros incivilizados