la política española en las elecciones de 1933 a la enorme cantidad de votos antirrepublicanos que suministraron a las urnas las esposas y madres «de toda la vida». No debe extrañarnos, pues, que la capciosa interpretación del encierro otorgado como liberación magnánima fuese ahora aceptada einclusojaleadapormuchasdeaquellas«dulcesMargaritas» que habían recuperado su preciada rueca. Leemos diferentes artículos, y una cosa queda clara en nuestro espíritu femenino: que en resumidas cuentas, ¡por fin!, hay un