propio derrumbe y la idea de regresar a su país se volvió cada vez más imposible, porque se daba cuenta de que ahora huía en sentido contrario al que debía. Un día de madrugada, empapado de rocío, vio alzarse el sol traslasmurallasetruscasdeMonteoscuroydeseó huir definitivamente hacia donde nacía aquel sol, hacia Oriente, hacia la anhelada luz de un conocimiento absoluto que le había deslumbrado en su adolescencia. Ahora se encontraba a medio camino, había