Texto contextualizado: |
lecturas nocturnas al calor del fuego. Betina cruzó como si no hubiera visto a Jano y, por unos momentos, aceleró todavía más su marcha. Los cabellos rubios y cortos se le removían bajo un sol frío y brillante, de oro. Pero repentinamente pareció cambiar de opinión. Dio media vuelta y se dirigió en línea recta hacia el banco en el que Jano estaba sentado. Betina le saludó sonriendo levemente. En las veladas del balneario sólo habían intercambiado escasas y formales |
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