Jano sentía el mismo vacío interior, la misma desesperanza de sus primeros días en el balneario. Era como si se hubiese cerrado un ciclo de su vida y se hallara en el mismo punto de partida. Con la diferencia de que ahora no estaba dispuesto a que elpasadoledevoraradefinitivamente,aquetanto dolor y tanta muerte lo acorralaran entre aquellas altas montañas, al lado de aquel hosco lago que ahora transmitía a su ánimo la inestabilidad de su oleaje. Romper