Texto contextualizado: |
continuación de sus extrañas huidas y de sus repentinas apariciones. En fin, le dolía pensar que Marescu --ya a punto de partir y subyugado por el cuadro-- hubiera tomado la grave decisión de adueñarse de él tras su apresurada salida del comedor, aprovechando el momento en que Jano desayunaba. En cualquier caso, no le resultó difícil su empresa al ladrón. No sólo porque antes de salir Jano había dejado la puerta sin cerrar con llave, sino también porque la ventana |
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