ella sus negras redes. »Fue un esfuerzo inmenso el que tuviste que hacer aquella tarde; pero te debió de dar vigor y ánimos la magnética enramada de Leonardo, aquel fluido que con su verdor flotaba sobre tu verdor. Poreso,graciasaaquellafuerza,tumúsicaderrotó los malos presagios. Tu música derrotó a la sangre. Y todo resultó natural, intenso, hermosísimo. La música engañaba a la realidad más inmediata, la deshacía, la ocultaba.